Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
El olfato representa un sistema fisiológico, crítico para el desarrollo desde la antigüedad. El ser humano tiene la capacidad de detectar y discriminar al menos 10 000 olores diferentes. El sentido del olfato, o la olfacción, comienza en una pequeña zona del techo de la cavidad nasal, que está cubierta de una mucosa especializada. A partir de ahí, el nervio olfatorio transmite la percepción sensorial del olor a través de la vía olfatoria. Esta vía está compuesta por las células y el bulbo olfatorio, el tracto y la estría olfatoria, y la corteza olfatoria primaria y la amígdala. El olfato es responsable de la detección de peligros, feromonas y alimentos.
Última actualización: Mar 13, 2022
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
El epitelio olfatorio es un epitelio columnar pseudoestratificado que recubre una lámina propia y está formado por los siguientes tipos celulares:
Los olores se detectan primero en el bulbo olfatorio, donde la información se recibe y se transmite posteriormente a lo largo del tracto olfatorio hasta la corteza olfatoria.
Diagrama esquemático de la vía olfatoria desde la mucosa nasal hasta la corteza olfatoria primaria y secundaria:
Obsérvense las proyecciones ipsilateral y contralateral de las estrías olfatorias media y lateral.
La corteza olfatoria es la única que recibe entradas sensoriales directas de las células mitrales del bulbo olfatorio. Este proceso difiere de la vía sensorial clásica, en la que la información sensorial se transmite primero en el tálamo antes de llegar a la neocorteza.
Vista esquemática del sistema olfatorio humano:
Las cortezas olfatorias primaria y secundaria están representadas en azul y verde, respectivamente.
Amyg: amígdala
Ento: corteza entorrinal
Hipp: hipocampo
OFC: corteza orbitofrontal
PC: corteza piriforme
Thal: tálamo