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La insuficiencia renal aguda se refiere a la pérdida repentina y a menudo reversible de la función renal, la cual se desarrolla durante días o semanas. La azotemia se refiere a los niveles elevados de sustancias nitrogenadas en la sangre que acompañan a la IRA, como el BUN y la creatinina. La uremia se refiere específicamente a la constelación de síntomas que se producen con la disfunción renal grave. Las etiologías de la IRA se clasifican como prerrenales, renales intrínsecas o postrenales, y existe una presentación clínica variada según la gravedad de la disfunción renal. La insuficiencia renal aguda se diagnostica inicialmente por un cambio en los niveles de creatinina sérica, y luego se determina la etiología mediante la historia clínica, las pruebas de laboratorio, la imagenología y, posiblemente, la biopsia renal. El tratamiento de la IRA depende de la etiología; sin embargo, siempre es importante prestar atención a la volemia del individuo y a los electrolitos séricos. Si el tratamiento no tiene éxito y la IRA evoluciona a ERC, es necesario un tratamiento de reemplazo renal con diálisis o trasplante renal.
Última actualización: Jul 17, 2023
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La insuficiencia renal aguda se refiere a una disminución brusca de la función renal, manifestada por un aumento del nivel de creatinina sérica, con o sin reducción de la diuresis.
Anteriormente, había más de 30 definiciones de «falla renal aguda» en la literatura, y estas se han actualizado al término de IRA.
Las causas de la IRA se suelen organizar en etiologías prerrenales, renales intrínsecas o postrenales. En las causas prerrenales y postrenales, los riñones tienen una anatomía normal y la lesión se debe a los efectos del factor incitante.
La insuficiencia renal aguda puede presentarse con una amplia gama de síntomas, desde ser asintomática con solo anormalidades de laboratorio hasta el coma debido a una uremia severa.
La necrosis tubular aguda sigue un curso clínico característico que incluye 3 fases.
El diagnóstico de la IRA incluye la identificación de los factores desencadenantes y determinar si la etiología es prerrenal, intrarrenal o postrenal, con el fin de planificar el tratamiento adecuado.
Considerar otras pruebas específicas para etiologías menos comunes:
Prerrenal | Renal (NTA) | |
---|---|---|
Densidad urinaria | ≥ 1,020 | ≤ 1,010 |
Osmolalidad urinaria (mOsm/kg) | > 500 | < 350 |
Sodio urinario (mEq/L) | < 20 | > 20 |
FENa | < 1% | > 1% |
Proteína en orina | Mínima | De mínima a grave, según la etiología |
Hallazgo | Significado |
---|---|
Células tubulares renales | Lesión tubular aguda |
Eritrocitos | Hemorragia no glomerular/en cualquier parte del tracto urinario |
Eritrocitos dismórficos | Enfermedad glomerular |
Cilindros eritrocitarios | Diagnóstico para la enfermedad glomerular |
Leucocitos | Infección del tracto urinario |
Cilindros leucocitarios | Infección renal |
Cilindros hialinos | Cualquier tipo de enfermedad renal |
Cilindros granulares | Enfermedad renal más significativa |
«Cilindros marrón fangoso» | Células tubulares necróticas/lesión tubular aguda |
La etiología de la IRA orienta el tratamiento; la evaluación adicional con una biopsia puede estar indicada después de haber completado el estudio y el tratamiento adecuados para la hipovolemia o la sobrecarga de líquidos.