Ah, sí, la entrevista de la facultad de medicina. Después de todos esos años invirtiendo laboriosas e interminables horas de estudio en las clases, haciendo el MCAT, investigando sin parar y llenando solicitudes, por fin consigues la atención de una facultad de medicina, lo que te da la oportunidad de dar lo mejor de ti para sellar el trato.
Entonces, todo eso de antes… ¿no era la parte difícil?
El proceso de aventurarse en la medicina es un largo viaje que va desde la universidad, la carrera de medicina, la residencia y más allá. Cada hito es un paso adelante en el camino para convertirse en médico, y conseguir esa entrevista es como un sello en el pasaporte del viaje médico hacia tu destino principal.
Las entrevistas y las invitaciones suelen concederse entre septiembre y diciembre; algunas escuelas envían invitaciones hasta febrero. Es buena idea prepararse con antelación entre la presentación de solicitudes y el comienzo de la temporada de entrevistas. A continuación, te ofrecemos algunos consejos sobre lo que puedes esperar y cómo prepararte mejor para la temporada de entrevistas:
Qué llevar y cómo ir a una entrevista en la Facultad de Medicina
La vestimenta es clave en una entrevista en la escuela de medicina. Para sentirte bien, ¡tienes que verte lo mejor posible! La vestimenta limpia y planchada, desde pantalón y saco hasta chaquetas, faldas, tacones y otros elementos similares son los principales protagonistas, y pueden definir el juego. Aunque es mejor no juzgar un libro por su portada, estar presentable para la entrevista es una obligación, ya que demuestra organización y respeto no solo hacia el equipo que realiza la entrevista, sino también hacia uno mismo. Ponte lo que te apetezca y con lo que te sientas mejor, pero intenta no pasarte de la raya con tu elección. Por ejemplo, está bien llevar una corbata de lunares, ya que muestra algo de personalidad; sin embargo, puede que no sea lo mejor llevar un traje amarillo, ya que puede distraer bastante y no es realmente la ocasión para tal atuendo. El objetivo es ser educado y profesional, pero la apariencia también cuenta.
¡Ahora estás vestido! Hay algunas cosas que debes empacar antes de salir. Entre lo que debes llevar a la entrevista está una carpeta con una copia de tu currículum vitae, un bolígrafo, hojas en blanco o un bloc de notas para escribir, un reloj y, lo más importante, una sonrisa. Suena cursi, lo sé, pero quieres ser feliz, y deberías serlo. Estás ahí, estás en una entrevista, ¡tienes una oportunidad! Las sonrisas son contagiosas y, si estás sonriendo, aportas energía positiva a todos los presentes en la sala de entrevistas.
Consejo profesional: dependiendo de la escuela, podrás o no tener contigo lo que llevaste durante la entrevista, pero puedes anotar cosas mientras esperas o en cualquier momento antes de tu entrevista si tienes alguna pregunta.
Preguntas para la entrevista en la Facultad de Medicina
Hacer preguntas es una buena manera de expresar un interés genuino en una escuela de medicina. No preguntes algo que es posible averiguar a través de las preguntas frecuentes de la página de la escuela. Algunas de las cosas que podrías preguntar son:
- ¿Cómo es la vida estudiantil?
- ¿Qué tipo de oportunidades de investigación existen para los estudiantes?
- ¿En qué tipo de residencia son aceptados la mayoría de los graduados de esta escuela?
- ¿Existe una declaración de misión o un objetivo hacia el que se dirija la escuela?
- ¿Cómo describiría su escuela a un médico ideal?
Tales preguntas van en dos sentidos: por un lado, reflejan tu interés y compromiso; por el otro, tú puedes analizar cómo el equipo responde tus preguntas y entender qué es lo que realmente les importa. Si consigues varias entrevistas, puedes incluso hacer una pregunta similar y ver la respuesta de otra institución. Así, si llegas a tener la opción, puedes calibrar qué escuela encaja mejor contigo.
¿Y las notas de agradecimiento?
Escribir una bonita nota es una forma estupenda y profesional de mostrar agradecimiento por haber tenido la oportunidad de entrevistarte con una escuela y su equipo. Durante la entrevista, puedes pedir la información de contacto para saber a dónde enviarla. Recordar cualquier conversación o momento personal que haya tenido lugar durante la entrevista, y mencionarlo en la carta, puede servirte de elemento diferenciador ante otros posibles candidatos. Con esto en mente, haz una carta breve; eso le facilita la tarea a los entrevistadores, pues tienen que leer muchas cartas.
Se tú mismo
Es un viejo cliché, pero ser tú mismo es un componente clave para prosperar no solo en tu entrevista, sino también en la vida.
Aunque tu currículum, tu rendimiento académico, tus actividades extracurriculares, etc. hayan llamado la atención de una escuela, es la entrevista la que realmente genera la visión de que eres apto para la escuela, pero también de que la escuela es apta para ti. ¡Los entrevistadores quieren saber de TI!
Aunque puede resultar apabullante hablar de uno mismo delante de varias personas durante 30 minutos o una hora, es tu oportunidad de mostrarles quién eres realmente y qué eres más allá de tu candidatura. Los elementos clave cuando hables de ti mismo, aparte de tus datos personales, serían nombrar tus aficiones, tus pasiones (relacionadas o no con la medicina), o incluso cosas como tu comida favorita (si te preguntan). Todos son elementos que dan una idea de quién eres, perfectos para que los entrevistadores sepan más de ti.
Personalmente, hablé de cómo solía practicar breakdance desde el instituto hasta la licenciatura, algo que los entrevistadores consideraron único, por lo que continuaron haciéndome preguntas sobre eso, lo que hizo que el ambiente en la sala se relajara y calmara mi ansiedad. También he tenido amigos y colegas que hablaron sobre su afición a tener peces y tanques acuáticos, hobbie compartido por uno de los entrevistadores presentes ese día. Así, se dio una conversación que luego fue recordada y mencionada incluso después de su aceptación en esa institución.
Al ser tú mismo e interesar a los entrevistadores, habrá menos presión en el ambiente. Esto hace que todo sea mucho más fluido y ayuda a establecer una relación y a entender si la escuela es una buena opción para ti.
¿Algo más?
MANTÉN LA CALMA.
Es más fácil decirlo que hacerlo, ¡al menos para mí! Me gustaría no haber estado tan ansiosa durante mis entrevistas, ya que a veces divagaba. Tuve la suerte de cosechar algunas risas durante mi entrevista después de hacer algunas bromas nerviosas. Recordando mi propia experiencia, la prueba puede ser angustiosa al principio, especialmente si irrumpe el síndrome del impostor, que puede transmitir una sensación de insuficiencia y de no pertenecer en ese lugar, aunque realmente lo merezcas. ¡Debes recordar que ellos están interesados en TI! Si hubiera sabido tomarme un respiro y me hubiera mostrado más relajada, creo que habría podido ser más yo misma.
Recuerda tener confianza y creer en ti mismo y en tus capacidades. Has llegado hasta aquí y ya estás en la entrevista: tienen suficiente fe en ti como para invitarte, ¡y tú también deberías tenerla!
Ya estás listo, mucha suerte, y demuéstrales quién eres TÚ.
