Spotlight de especialidades: La vida de un pediatra

Spotlight de especialidades: La vida de un pediatra

¿Estás pensando en convertirte en pediatra? Nos sentamos a charlar con el Dr. Emanuele M. sobre cómo es trabajar en dicha especialidad. Conoce su experiencia y obtén un panorama general sobre el trabajo en pediatría:

TABLA DE CONTENIDO

Si fuera sencillo, cualquiera lo haría.
Permítenos guiarte en el camino del éxito para lograr tus sueños. Estudia con eficacia, mantente organizado y siéntete mejor.
Lecturio Team

  ·  

julio 2, 2021

Entrevista: ¿Cuáles son los pasos para convertirte en pediatra y cómo es?

P: ¡Hola, Emanuele! ¿A qué Escuela de Medicina asististe? ¿En dónde hiciste tu residencia y cómo fue?

R: Asistí al Albany Medical College, en el estado de Nueva York. Se encuentra en el corazón de una ciudad histórica, pero también está muy cerca de la naturaleza. Hace mucho frío en invierno, hasta el punto de que el cabello se congela. Es una escuela de dimensiones medianas, algo así como 150 estudiantes por generación, y es una de las escuelas de medicina más antiguas del país, pues fue fundada en 1839.

Dicen que ir a la Escuela de Medicina es como aprender a beber agua de una manguera de incendios: hay mucha información y trabajo, pero si cuentas con herramientas y apoyo se vuelve muy manejable. Me gustó mi Escuela de Medicina: han invertido mucho en tecnología. Ya hacíamos transmisión en vivo de todas las conferencias antes de que se inventara Zoom, y estas también eran interactivas para poder hacer preguntas. La escuela organizó que los estudiantes asistiéramos a conferencias y querían que acudiéramos a clínicas incluso desde los primeros dos años. En general, la escuela estaba muy enfocada en convertirnos en estudiantes exitosos de Medicina.

Para mi residencia, fui a la Universidad de California en Davis. Allí vivía mi actual esposa en ese entonces. El programa de pediatría encajaba perfectamente conmigo. No todas las residencias pediátricas son iguales. El mío era un programa de tamaño mediano, con 12 residentes por año: lo suficientemente grande como para tener todos los recursos necesarios, pero lo suficientemente pequeño como para que todos nos conociéramos. El hospital era pediátrico, por lo cual todos estaban capacitados específicamente en ese campo. 

Debido al radio de procedencia de los pacientes, y dado que éramos un centro de traumatología de Nivel 1, pude observar una gran variedad de pacientes allí. Mi consultorio estaba dedicado a pacientes desatendidos y de bajos ingresos, que a menudo no contaban con seguro médico, lo cual hizo que este trabajo fuera muy significativo para mi.

P: ¿Por qué decidiste convertirte en pediatra?

R: Siempre me han gustado los niños. Antes fui voluntario de guardería, consejero en campamentos, etc. Sin embargo, ya en la Escuela de Medicina, tal vez incluso por mis antecedentes, pensaba que la pediatría no era para mí. Me inquietaba pensar cómo me afectaría ver a niños enfermos o moribundos, y si eso me impediría ser eficaz como médico.

Después, durante mi tercer año de rotación en pediatría, pasé tres o cuatro semanas en una unidad de cuidados intensivos pediátricos. Ahí teníamos a una paciente con una infección grave.

Tenía SDRA; estaba inconsciente, con un ventilador, y la percepción generalizada era que quizá no sobreviviría. Yo sentía ansiedad al respecto, pero entonces sucedió algo al momento de bañarla. Cuando su madre empezó a bañarla, me pareció que eso la ayudaba, le dio un propósito. Entonces me di cuenta de que poder ayudar era mucho más importante para mí que tener miedo. Esa experiencia me empujó en la dirección correcta para superar mi miedo de no poder cuidar de ellos.

Los niños son mucho más resistentes que los adultos. Con un adulto es probable que no salga de la Unidad de Cuidados Intensivos, pero con los niños puede lograrse un gran impacto. Pueden salir de ahí sin ningún problema, con toda su vida por delante.

Además, suelen tener una especie de inocencia… Muchos adultos llegan por no cuidarse. Por supuesto, esos adultos siguen mereciendo toda la atención, pero es diferente con los niños, que no tienen ninguna culpa. 

La pediatría ofrece también un amplio rango de cosas que puedes hacer. Como cirujano, estás en el quirófano, pero como pediatra, puedes trabajar en la UCI, en urgencias o en cualquier otro lugar. Hay un espectro variado de cosas que puedes hacer si eliges este camino.

P: ¿Cómo es tu día a día, siendo pediatra?

R: Depende de varios factores, La pediatría deja el campo abierto para muchas cosas: puedes elegir dos o tres trayectorias profesionales sin ningún tipo de formación adicional. Puedes ser pediatra de consultorio o ambulatorio, lo que probablemente consistirá en un trabajo típico de 9 a 5, o puedes estar de guardia para las clínicas durante ciertas noches o fines de semana, o bien, simplemente dedicar un día a la atención de urgencias, sin citas programadas. Podrías formar parte de una consulta para pacientes internos o externos, o de una más reducida que solo haga consultas ambulatorias. O puedes tener un puesto híbrido, con ciertos días en un hospital y otros más en un consultorio. En el consultorio, el trabajo en general está más estructurado.

La carrera hospitalaria implica un horario completamente diferente. Es probable que implique una cierta cantidad de días de trabajo por mes, que definitivamente son un periodo intenso. Esos días pueden incluir desde verificar nuevas admisiones o efectuar rondas previas hasta rondas de trabajo con el equipo, admisiones en urgencias o clínicas y, por supuesto, hacer guardias y encargarse de los ingresos nocturnos.

Las rondas son siempre un momento estresante para los estudiantes de Medicina y los residentes, ya que los ponen a prueba en esas ocasiones. A causa de eso, a veces el lado humano se reduce en esos momentos y eso lo vuelve estresante también para los pacientes. Con el fin de mejorar esa experiencia para los pacientes, UC Davis giró hacia algo llamado “rondas enfocadas en el paciente”, en las cuales se habla con el paciente, pero no sobre él, mientras se hacen las rondas. Aunque, claro, por otro lado eso consume más tiempo.

P: ¿Cuál es la mejor parte de ser pediatra? ¿Cuál es el mayor reto?

R: La mejor parte: 

Los niños no votan, no forman grupos de presión, no pueden elegir qué quieren cenar, no tienen voz. Y a veces las personas que son responsables por ellos no toman las mejores decisiones. Pero, como pediatra, ¡tienes la oportunidad de abogar por ellos!

Si eres capaz de hacer eso, como ellos son tan pequeños, puedes generar un impacto enorme en sus vidas. Un pequeño ejemplo podría ser el tamaño de las porciones alimenticias: si puedes mostrarle a los padres cómo repartir adecuadamente la comida de sus hijos en lugar de darles raciones demasiado grandes, y si siguen las indicaciones, eso puede prevenir la obesidad más adelante en su vida, con todas las enfermedades y consecuencias que eso conlleva.

El mayor reto es que a menudo se piensa que un niño representa “la mitad de un adulto”, pero el hecho de que un niño sea de la mitad del tamaño de un adulto no implica que la atención al detalle, el monto del financiamiento y de la investigación puedan ser solo la mitad. Es común que los niños necesiten más atención y tiempo. Si a un niño le aplican una vía intravenosa y grita, ¿cómo puedes escuchar sus pulmones al mismo tiempo? Además, los niños no hablan (tanto), así que tienes que actuar como detective. Definitivamente, se hacen más conjeturas y hay que tener más cuidado al hacer los exámenes.

P: Cuéntame algo único sobre tu campo, ¿alguna anécdota increíble, quizá?

R: Bueno, una vez saqué una cucaracha de la oreja de una niña. Otro niño se voló el dedo con la pistola de su padre y lo encontraron en el techo. Uno de mis momentos favoritos en la UCI fue cuando llegó un niño de cuatro meses, completamente pálido, muy anémico, con una lectura baja de glóbulos blancos. Pensamos que tenía leucemia. Le hicimos muchas pruebas, pero al final resultó que solo lo alimentaban con leche de cabra. Los padres estaban preocupados por las fórmulas para bebés, así que no querían dárselas. Pero la leche de cabra es muy deficitaria en ácido fólico y vitamina B12, lo cual le provocó anemia. Por eso, todos pensaron que tenía un problema mucho más grave, pero lo que debimos haber hecho fue un historial clínico muy cuidadoso; nos habría tomado mucho menos tiempo saber cuál era el problema. Tras una semana de tener una nutrición adecuada, se había recuperado.

Esto es todo un reto en pediatría: muchas personas ven las cosas de manera distinta. Los anti-vacunas son solo un ejemplo más. Es muy fácil para nosotros, los pediatras, condenar a esas personas, quienes suelen estar convencidas de estar haciendo lo mejor para sus hijos. En realidad, no vas a conseguir nada con oponerte a los pacientes o a sus padres, aunque no estés de acuerdo con ellos. Deberíamos intentar trabajar en equipo; al final, queremos las mismas cosas.

P: ¿Qué consejo le darías a los estudiantes que están por decidir su especialidad?

R: Lo que necesitan preguntarse es si serán felices y a la vez capaces de hacer este trabajo en las situaciones más difíciles. Porque suena increíble poder ayudar a los niños, pero tienes que levantarte muy temprano, tener horarios demenciales, que los pacientes o sus padres se enojen contigo… Es muy fácil agotarse. ¿Este trabajo va a brindarte satisfacción, incluso en esas situaciones? Eso es algo en lo que todo el mundo en Medicina debería pensar. 

El otro punto es que: ¡siempre puedes cambiar tu elección! Todo el mundo en la Escuela de Medicina piensa que debes ser muy específico y elegir tu especialidad cuanto antes para acumular toda la experiencia posible. Claro, eso está muy bien, pero también puedes permitirte dudar y probar otras cosas. En cuanto a mí, probé varias especialidades diferentes antes de descubrir que la pediatría era, sin duda, la más adecuada. Puedes cambiar por completo de opinión y seguir teniendo éxito aunque hayas experimentado muchas cosas distintas.

De un vistazo: cómo convertirte en pediatra

¿Qué debes estudiar para ser pediatra?

En general, para ingresar a la Escuela de Medicina no se requiere una especialización particular (Universidad de St George). Solo concéntrate en tener buenas calificaciones en física, biología y química.

Tras la graduación, se hace una residencia en pediatría con duración de unos tres años. Si existe un área de la pediatría en la cual te interesa especializarte, una beca en esa especialización añadirá tiempo al final de tu formación. Una vez completa tu residencia, podrás recibir la certificación de la Junta para convertirte en pediatra.

¿Cuánto tiempo tardaré en convertirme en pediatra?

De acuerdo con la Universidad de St. George, se necesitan entre 7 y 15 años para convertirse en pediatra, considerando:

  • Ocho años de educación formal
  • Tres años de residencia, incluso más si decides especializarte

¿Qué hacen los pediatras?

Un pediatra trata y se ocupa de la salud mental, física y social de los niños hasta que son adolescentes (Universidad de St. George). Los pacientes de los pediatras suelen acudir a ellos para que les realicen exámenes físicos; los recién nacidos, así como los bebés de uno o dos años cumplidos, acuden a consultas con mayor frecuencia que los niños pequeños de tres años o más (Escuela de Medicina de la Universidad Americana del Caribe).

Los pediatras se dividen en dos categorías (Houston Chronicle):

  • Generalistas: tienen una variedad amplia de opciones y entornos de trabajo. Pueden ser educadores, mentores, investigadores o trabajar en una oficina

Subespecialistas en medicina pediátrica: trabajan dentro de una especialidad, como los alergólogos, cardiólogos o neurólogos.

Existen muchos tipos de pediatra, por nombrar solo algunos (Medical News Today):

  • Especialistas en medicina del adolescente: atienden a los adolescentes en un grupo de edad habitual de entre 11 y 21 años
  • Pediatras de cuidados intensivos: estos médicos tratan a pacientes en un entorno de emergencia y, por lo general, se encuentran en la UCI de un hospital
  • Pediatras de desarrollo conductual: estos especialistas suelen tratar y diagnosticar a los niños que presentan problemas de desarrollo, aprendizaje y comportamiento
  • Oncólogos pediátricos: estos médicos diagnostican y tratan el cáncer en los niños
  • Cardiólogos pediátricos: estos médicos tratan y diagnostican las afecciones cardíacas de los niños y colaboran estrechamente con los cirujanos cardíacos pediátricos
Pediatrician weighing child

¿Cómo es el estilo de vida y entorno laboral de los pediatras?

En comparación con otros médicos, los pediatras presentan un grado medio de felicidad con su trabajo, con una tasa media de agotamiento en comparación con otros médicos (Medscape). Además de luchar por tener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida privada, la principal causa de agotamiento es la creciente cantidad de labores burocráticas.

Los pediatras suelen trabajar en consultorios de salud familiar (News Medical):

  • Esto puede incluir tanto hospitales infantiles como centros pediátricos privados
  • También trabajan en equipos sanitarios multidisciplinarios
  • Los pediatras equilibran una gran carga de trabajo

¿Cuánto gana un pediatra?

La Oficina de Estadística Laboral indica que el salario medio anual de un pediatra en Estados Unidos es de 183 mil 240 dólares (Oficina de Estadística Laboral vía Forbes).

Otras lecturas

¿Estás pensando en convertirte en dermatólogo? Charlamos con Jeremy G., MD de Georgia, para que nos dijera cómo es trabajar ...
¿Estás pensando convertirte en gineco-obstetra? Charlamos con Suzanne J., de Cleveland, Ohio, para que nos contara cómo es trabajar en ...
¿Estás pensando en convertirte en internista? Nos reunimos con Lindsay J., doctora del estado de Washington, para conversar acerca de ...

User Reviews