Ser doctor… ¿vale la pena?

¿Qué significa ser doctor? Cuando la gente piensa en los médicos, suele visualizar la imagen creada por Hollywood de una persona con una bata blanca reluciente, una enorme sonrisa y un lujoso coche deportivo. En lo que frecuentemente no piensa es en los  años de formación, la falta de sueño y la carga que representa pagar la deuda por préstamos estudiantiles. Aunque la relación doctor-paciente sigue siendo el núcleo de la profesión, las presiones de ver más pacientes cada hora, un sistema de salud cada vez más complejo y una atención cada vez más fragmentada amenazan con romper ese vínculo. Durante la formación de un médico, las horas de trabajo son largas, el salario es bajo y los días parecen interminables. Por consecuencia la mayoría de los estudiantes de medicina se pregunta si vale la pena tanto esfuerzo para ser doctor. Es una pregunta que merece la pena responder, tanto si te has planteado estudiar medicina como si llevas varios años ejerciendo y te cuestionas si convendría hacer un cambio.

Becoming a doctor is a lot like becoming a different person. You’ll learn things you never knew before, have access to information that sHasta cierto punto, convertirse en médico significa volverse una persona diferente. Aprenderás cosas que no sabías antes; tendrás acceso a información que muchos no confían a nadie más, y día a día serás literalmente responsable de la vida de otras personas. Pocas profesiones pueden igualar la intimidad de la relación médico-paciente. Esta responsabilidad tiene sus privilegios, pero muchos médicos también se llevan el trabajo a casa y cargan con las historias de sus pacientes durante toda su vida. Esto no es algo que deba asumirse a la ligera. Te guste o no, convertirte en médico te cambiará como persona..

¿Vale la pena ser doctor?

El aspecto financiero

Para responder a esta pregunta, debemos recordar qué entendemos por «valer la pena». Desde el punto de vista financiero, mucha gente piensa que convertirse en médico es el camino para obtener ingresos elevados y seguridad laboral. Sin embargo, los médicos deben asumir elevados préstamos estudiantiles y años de retraso para cosechar los frutos de los años de estudios y de residencia o beca. Antes de ganar un buen salario, si decides estudiar medicina estarás una década por detrás de las personas de tu generación en el aspecto económico y quizá más si decides especializarte. El horario también es un factor relevante: en la mayoría de las especialidades, una combinación de llamadas fuera de horario y urgencias significa que nunca se está realmente «fuera de servicio».

Nunca estarás realmente «fuera de servicio»

Incluso en las especialidades en las que hay un horario fijo, puedes esperar que tus amigos y familiares acudan a ti como la persona experta en todo lo relacionado con la medicina. Desde que empiezas a estudiar, recibirás mensajes de amigos sobre sus extraños salpullidos; llamadas de tu primo sobre su dolor de garganta, o deberás soportar conversaciones no solicitadas (¡y a veces largas!) de conocidos sobre sus problemas médicos. Puede ser que ni siquiera estés a salvo en vacaciones. En mis primeras vacaciones después de la residencia, durante el vuelo hubo una emergencia médica que requirió mi asistencia. Nunca sabes cuándo te van a llamar para utilizar tus conocimientos, incluso cuando intentas tomarte un merecido descanso.

Dicen que la medicina no es solamente un trabajo, sino una vocación

Por otra parte, para mí no hay nada que se compare con la capacidad de diagnosticar, tratar y prevenir enfermedades y dolencias. El grado de confianza que la gente deposita en su médico no tiene igual. Acudirán a ti para expresar sus mayores temores, y tú tendrás la capacidad única de atenderlos. Te expondrán sus heridas y penas, y tendrás la oportunidad de ofrecerles consuelo y, en muchos casos, alivio. Sin duda esta característica de la profesión médica te hará ganar un buen sueldo, el respeto de tu comunidad y la oportunidad de tener un impacto personal en la vida de tus pacientes. Pero son las relaciones humanas que establecemos las que, en última instancia, hacen que la profesión médica merezca la pena. Muchas personas consideran que la medicina es una vocación, más que un simple trabajo. Para esas personas, la recompensa diaria suele ser mayor que el número de horas invertidas y la baja compensación durante la residencia.

¿Vale la pena estudiar medicina?

One of the greatest challenges in becoming a physician is the years of delayed gratification through medical school and residency training. Uno de los mayores retos al convertirse en médico es el tiempo que tardan en llegar las recompensas después de la escuela de medicina y la capacitación de la residencia. Ya que quizás puedan pasar años antes de poder ejercer como deseas, tendrás que pasar los años de formación percibiendo un sueldo bajo e invirtiendo muchas horas de trabajo. Mientras tus amigos de otras carreras ganan dinero, progresan en sus carreras profesionales, compran casas y forman familias, tú estarás estudiando y haciendo exámenes, trasladándote por todo el país para las entrevistas de residencia y trabajando en turnos de noche o semanas de 80 horas. Esto supone un desgaste físico y emocional para muchos aspirantes a médicos.

La escuela de medicina puede ser un tránsito especialmente difícil para los estudiantes cuando sus expectativas no se ajustan a la realidad. Si empezaste a estudiar medicina esperando tratar pacientes de inmediato, puede que te desilusiones cuando pases la mayor parte del tiempo en el aula, la biblioteca o detrás de una computadora estudiando para exámenes de alto nivel. Si esta es tu situación, la buena noticia es que la residencia está a la vuelta de la esquina y con el tiempo tendrás más interacción con los pacientes y más autonomía para tomar decisiones clínicas. Si incluso la promesa de más autonomía o de más tiempo con los pacientes no es suficiente para motivarte, puede que sea el momento de considerar un cambio de carrera.

Por qué no vale la pena ser médico: otras opciones

Algunos estudiantes deciden ser médicos pensando que es la única carrera para alguien a quien le gusta la ciencia y quiere ayudar a la gente. Si estas son las únicas razones por las que estás considerando la carrera de medicina, puede que para ti ser médico no merezca la pena. Hoy en día, muchas carreras requieren menos formación y menos inversión económica, que de igual forma te permiten ayudar a la gente, con mayor prontitud y escala que la medicina. Con el aumento de popularidad de los asistentes médicos, los profesionales de la enfermería y otras profesiones aliadas de la salud, hay un abanico de oportunidades para atender a las personas en un entorno de salud que no requiere un título de médico. En el lado no clínico, los programas de maestría en informática clínica o salud pública permiten utilizar la ciencia para ayudar a la población en una escala que la mayoría de los médicos solo puede soñar. Ninguna de estas opciones requiere que te conviertas en médico y son formas estupendas de tener un impacto positivo.

Percibir un salario alto es una razón especialmente pobre para estudiar medicina. Si el dinero es tu principal motivación, piensa en que son los directores de hospitales, no los doctores, quienes más ganan en el campo de la salud, y solo el 5% de los administradores de hospitales son médicos. Para colmo de males, más del 50% de los médicos padece agotamiento, una proporción mucho mayor que en otras profesiones. En Estado Unidos, mientras que un licenciado en informática puede ganar millones en su primer año de trabajo luego de terminar la universidad, un médico no ganará tanto dinero por un buen tiempo; pueden pasar hasta siete años después de terminar la licenciatura para que perciban un salario relativamente bueno, suponiendo que asista a una facultad de medicina de cuatro años inmediatamente después de graduarse, y su programa de residencia dure solo tres años. Si quieres ser un médico más especializado o un cirujano, es casi seguro que tengas que esperar más tiempo para ganar ese mismo salario. Esto podría situar tu potencial de ingresos casi 10 años por detrás del de tus compañeros, sin contar con el hecho de que ellos probablemente hayan recibido bonificaciones o ascensos durante ese tiempo. Y aunque llegues a alcanzar esos salarios, es posible que tengas que pagar préstamos estudiantiles, lo que te retrasará todavía más.

Arrepentirse de ser médico

Even the most dedicated students will have moments in which they regret becoming a doctor. It might come the first time when you have to Habrá momentos en los que incluso los estudiantes más dedicados se arrepientan de haberse convertido en médicos. Puede ocurrir la primera vez que tengas que darle una mala noticia a un paciente o la primera vez que un paciente se enfade y te grite por algo que quizá estaba fuera de tu control. Puede ocurrir después de perder un paciente, después de cometer un error, después de ser demandado o después de que te despierten a medianoche por quinta vez consecutiva. Aunque es normal arrepentirse a veces de la decisión de ser médico, para mí, los beneficios de saber que tengo la oportunidad de influir en la vida de las personas en el día a día superan los aspectos negativos. Con el paso del tiempo, algunos deciden que ser médico no era lo que querían. Eso también está bien. Hay varias formas de hacer la transición a una carrera no clínica, de reducir las horas de trabajo o de ejercer de forma que se reduzca el agotamiento y se pueda volver a disfrutar de la medicina.

Hay un viejo refrán que dice que si te ves convirtiéndote en cualquier cosa menos en un médico, deberías elegir otro camino. 

En mi caso, no podría ver mi vida realizada sin dedicarme a la medicina. A pesar de todas las noches y horas de estudio, y de la compensación diferida, sigue siendo un privilegio atender a mis pacientes. Aunque tengo días difíciles, la motivación de ser alguien a quien recurre un paciente para cualquier cosa relacionada con la salud es tan emocionante como el día en que empecé a ver pacientes en la escuela de medicina. Ser parte clave de la vida de alguien es algo que siempre consideraré sagrado y especial, algo que nunca podría haber alcanzado sin convertirme en médico.

Y eso, sin duda, vale la pena.